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ACCIONES DE BVL: DESEMPEÑO 2025 EN PERÚ, DRIVERS, HITOS Y RIESGOS

Panorama de la BVL en 2025 y proyecciones hacia 2026.

El año 2025 marcó un periodo determinante para la Bolsa de Valores de Lima (BVL), reflejando un notable reacomodo de expectativas ante factores tanto domésticos como internacionales. Si bien la BVL tradicionalmente ha representado un mercado concentrado en minería y sectores financieros, el desempeño de sus acciones durante 2025 ha estado condicionado por varios elementos clave que merecen una revisión detallada.

En términos generales, el Índice General de la Bolsa de Lima (IGBVL) mostró una recuperación progresiva en la primera mitad del año, impulsada por mejoras en los precios internacionales de los metales y expectativas favorables sobre inversiones en infraestructura. Sin embargo, la segunda mitad del año estuvo marcada por mayor volatilidad debido a temores globales sobre desaceleración económica y movimientos en las tasas de interés de Estados Unidos.

Entre los sectores más destacados, la minería mantuvo su relevancia con rendimientos positivos, especialmente en empresas vinculadas al cobre y al oro. El incentivo principal fue el alza en las cotizaciones internacionales y el aumento en los volúmenes de exportación, que impactaron positivamente en los márgenes operativos de las empresas listadas en la BVL. Firmas como Compañía de Minas Buenaventura y Southern Copper mostraron solidez en sus resultados, ayudando al desempeño general del índice.

El sector financiero, representado por instituciones como Credicorp y BBVA Perú, presentó resultados mixtos. Mientras que el crecimiento del crédito y la recuperación del consumo interno favorecieron la rentabilidad, el aumento de provisiones por riesgo de crédito en un entorno aún sensible afectó las perspectivas anuales.

Otro factor relevante fue la evolución del tipo de cambio. La apreciación del sol peruano frente al dólar, sostenida parcialmente por mayores flujos de inversión extranjera directa (IED), mejoró los ingresos netos de empresas expuestas a costos en moneda extranjera.

Por el lado macroeconómico, el Banco Central de Reserva del Perú mantuvo una política monetaria prudente, controlando la inflación sin comprometer el dinamismo económico. La confianza empresarial y del consumidor se recuperó gradualmente luego de una etapa de incertidumbre política vivida en años anteriores.

En contraste, el segmento de consumo y retail mostró rezagos frente a otras industrias. Empresas de este rubro enfrentaron desafíos logísticos, márgenes presionados por costos importados y una recuperación lenta en la demanda interna.

A nivel técnico, el volumen negociado en la BVL durante 2025 aumentó respecto al año anterior, aunque aún por debajo de niveles prepandemia. Esto resalta la necesidad de continuar incentivando la profundización del mercado de capitales en Perú.

En resumen, la BVL en 2025 mostró resiliencia en sectores clave como minería y finanzas, mientras que la cautela persiste en otras industrias más expuestas a la demanda interna. El desempeño fue modulado por tendencias globales y locales, sentando bases para una evaluación más detallada de los factores que marcarán 2026.

Durante 2025, los movimientos bursátiles en la Bolsa de Valores de Lima respondieron a una variedad de factores o drivers que impactaron la confianza del inversor institucional y retail. Estos elementos, tanto internos como externos, deben entenderse para prever la evolución del mercado en los próximos periodos.

1. Precios de los metales y ciclo de commodities:
El principal catalizador del mercado accionario peruano continuó siendo el precio de los metales —especialmente cobre, oro y plata—. El auge del cobre ante la creciente demanda global por electrificación y tecnología verde impulsó fuertemente la capitalización bursátil de las principales mineras en el país. El oro, por su parte, sirvió como refugio frente a tensiones geopolíticas.

2. Recuperación de la demanda interna:
El mejoramiento del empleo formal y la reactivación del consumo permitieron una recuperación moderada en sectores como banca y entretenimiento. Los créditos hipotecarios y el consumo con tarjeta mostraron crecimiento sostenido según datos de la SBS.

3. Inversión pública e infraestructura:
El impulso gubernamental a megaproyectos como la Línea 2 del Metro de Lima, proyectos de carreteras y obras por impuestos generó nuevas oportunidades para empresas del rubro de construcción listadas en bolsa. Sumado a una gestión más proactiva del MEF, se reactivaron licitaciones previas pospuestas.

4. Política monetaria y tipo de cambio:
Las decisiones del BCRP jugaron un rol esencial en la composición de carteras. Una gestión prudente permitió mantener tasas estables aun con presiones inflacionarias globales, atrayendo inversiones hacia instrumentos en soles. A la par, la estabilidad cambiaria benefició a empresas con pasivos en dólares.

5. Reformas estructurales e incentivos al mercado de capitales:
El Congreso aprobó una serie de medidas orientadas a fortalecer el ecosistema financiero, incluyendo incentivos tributarios para fomentar IPOs locales y facilitar la participación de fondos de pensiones en acciones nacionales. También se discutió la unificación de mercados regionales como MILA.

6. Flujos de inversión extranjera:
Durante 2025, Perú atrajo más inversión extranjera directa que en el ciclo anterior. Estas colocaciones se concentraron en minería, energía y servicios. Las mejoras en las calificaciones públicas por parte de agencias como Moody’s reforzaron la percepción de estabilidad.

7. Clima político:
La baja judicialización de reformas y la ausencia de crisis políticas graves durante 2025 contribuyeron a una percepción de mayor gobernabilidad. Esto facilitó menores primas de riesgo país y mejoró el apetito inversor en renta variable.

En conjunto, estos drivers configuraron un mercado más robusto pero susceptible a eventos externos y cambios idiosincráticos. La clave estuvo en una selectividad sectorial y una visión cautelosa del entorno político y regulatorio.

El beneficio principal de las acciones es participar en el éxito de grandes empresas, pero el inversor debe estar dispuesto a aceptar el riesgo de mercado: a mayor potencial de ganancia, mayor es la posibilidad de enfrentar periodos de pérdidas temporales o permanentes.

El beneficio principal de las acciones es participar en el éxito de grandes empresas, pero el inversor debe estar dispuesto a aceptar el riesgo de mercado: a mayor potencial de ganancia, mayor es la posibilidad de enfrentar periodos de pérdidas temporales o permanentes.

Si bien el año 2025 dejó señales de mejora en el mercado bursátil peruano, varios riesgos latentes podrían afectar el rendimiento de las acciones en la Bolsa de Valores de Lima durante 2026. Asimismo, existen oportunidades y factores a seguir que determinarán el nuevo ciclo financiero.

Riesgos a considerar:

  • 1. Volatilidad global: La posibilidad de una recesión técnica en economías desarrolladas, especialmente en Estados Unidos o Europa, afectaría los flujos hacia mercados emergentes. Cualquier ajuste súbito en los tipos de interés global afectaría negativamente la renta variable peruana.
  • 2. Caída de precios de metales: Un freno a la demanda china o el aumento de inventarios globales podría presionar negativamente los precios del cobre y del oro, debilitando los resultados de empresas mineras y por ende el índice general.
  • 3. Inestabilidad política interna: Aunque 2025 fue relativamente estable, la cercanía del ciclo electoral 2026 podría incidir en el comportamiento del Congreso, afectando la inversión pública y privada.
  • 4. Riesgos climáticos: La persistencia de condiciones adversas como El Niño puede comprometer los rendimientos en agroindustria y logística, afectando empresas del sector alimentos, transporte y cadenas minoristas.
  • 5. Tensión tributaria: Proyectos legislativos centrados en aumentos impositivos o cargas a sectores productivos pueden mermar los márgenes empresariales y el apetito de inversión en ciertos sectores.

Qué observar en 2026:

  1. Elecciones generales: Un año electoral trae consigo posturas económicas dispares según el candidato. La estabilidad y previsibilidad serán esenciales para mantener el momentum creado en 2025.
  2. Continued listing y nuevas IPOs: El éxito o fallo de empresas debutando en la bolsa será crucial. Se espera el ingreso de empresas en energía renovable, fintechs y agroexportadoras.
  3. Integración regional: Avances en la consolidación plena del Mercado Integrado Latinoamericano (MILA) permitirán mayor liquidez y exposición para acciones peruanas.
  4. Estrategias sostenibles (ESG): Inversionistas están cada vez más atentos al cumplimiento de criterios ESG. Empresas que lideren en transparencia y sostenibilidad recibirán mayor asignación de capital.
  5. Política monetaria global: La Reserva Federal de EE.UU. y el BCE marcarán nuevas reglas para flujos financieros entre regiones. Una política más flexible podría favorecer los capitales hacia mercados emergentes.

Para los inversionistas, el enfoque en 2026 debe combinar gestión activa, diversificación sectorial y vigilancia macroeconómica. Sectores como minería, banca, energía renovable y agroindustria seguirán teniendo protagonismo mientras se depura el panorama electoral. Una visión equilibrada entre riesgo y oportunidad será determinante para capitalizar el potencial del mercado.

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